¿A que propósito deben responder estos servicios?
Los servicios de consultoría y mentoring para el cliente y el aprendiz deben tener en común el beneficio de romper con los denominados efectos de la falacia de la planificación, así como también con los de las ilusiones de aptitud y de validez que regularmente afectan la toma de decisiones para la consecución de sus objetivos y logros.
Como lo refiere Daniel Kahneman en su obra pensar rápido, pensar lento, “… la confianza en un juicio no es una evaluación razonada de la probabilidad de qué tal juicio sea correcto. La confinaza es un sentimiento que refleja la coherencia de la información y la facilidad cognitiva de su procesamiento … las afirmaciones de confianza plena [traducidas aquí como convicciones] nos dicen ante todo que un individuo ha construido en su mente una historia coherente, no necesariamente que la historia sea verdadera.”
El valor agregado que deben ofrecer los servicios en cuestión, viene impuesto por dos factores que se conocen como visión desde fuera y una estrategia como política asumida frente al riesgo que conducen a asumir un marco amplio en la evaluación de los aspectos involucrados para la toma de decisiones e iniciativas del cliente o el aprendiz en contraposición al que regularmente ocupan sus esfuerzos al intentar avanzar en sus objetivos y decisiones, y, eso, porque como lo expone Kahneman: “a menos que tengamos razón obvia para hacer otra cosa, casi todos los humanos aceptamos pasivamente los problemas de decisión tal como vienen enmarcados, y, por tanto, raras veces tenemos oportunidad de darnos cuenta de hasta que punto nuestras preferencias –en la toma de decisiones– están ligadas al marco más que ligados a la realidad.” (cfr. Obra citada pág. 439).
Cabe señalar que tales recursos, no exclusivos de los profesionales que se dedican a la prestación de servicios de consultoría y mentoring en sus respectivas áreas de experticia, regularmente tienen como ventaja comparativa respecto de los procesos de análisis y decisiones que deben aportarse en el ámbito corporativo o empresarial por parte de su burocracia interna, su necesaria independencia de las creencias y el optimismo de sus contratantes, pues ésta suele participar de las ilusiones de validez y aptitud que sustenta la cultura del entorno laboral y la subordinación que regularmente impulsa a los integrantes de tales estructuras a mantener una confianza inmodificable en sus visiones, por inadecuadas que sean, persuadidos por los protocolos preconcebidos para los procesos de evaluación de variables en la planificación de estrategias internas, contra los cuales, es menos probable una iniciativa de evaluación desde fuera.
A este respecto, el experto danés en planificación Bent Flyvbjerg, referido también por Kahneman en su obra citada, establece que: “La tendencia prevaleciente a infravalorar o ignorar información sobre las distribuciones es tal vez la principal fuente de errores en la predicción –de los resultados procurados–.
Y afirma que “Los planificadores deberían esforzarse más por encuadrar el problema de la predicción de forma que facilite la utilización de toda la información disponible sobre las distribuciones”, recomendando precisamente el uso de la vision desde afuera como cura para la falacia de la planificación, tan común en el entorno corporativo.
La ventaja que ofrecen los servicios de consultoría y mentoring tanto a individuos como a organizaciones debe tender a controlar la desmedida influencia que el optimismo que caracteriza la administración de recursos disponibles impone a los emprendedores individuales y a la dirección ejecutiva de las empresas, conduciéndolas a una desacertada política de recompensa y penalidad a los responsables de la planificación según que hayan sabido anticipar o no las dificultades que por las características de sus propios procesos de evaluación y análisis –sobre presupuesto, plazos, rendimientos esperados, etc.– no pueden, ni saben anticipar, consecuencia típica del referido optimismo que sirve de impulso a la iniciativa empresarial, siendo éste el más destacado de todos los sesgos cognitivos.
Entre las ventajas que deben ofrecen los servicios de consultoría y mentoring están:
- Tomar en consideración las tasas bases, que al momento del análisis de los factores involucrados, considere la probabilidad de hechos y experiencias anteriores.
- Evaluar más allá de los planes propios, los planes y aptitudes de otros en contraprosición a las metas y objetivos del cliente o el aprendiz.
- Considerar los factores aleatorios que permiten prever la ilusión de control que impone el optimismo. Y,
- Más allá de lo que conoce el cliente o el aprendiz, aportar enfoques y puntos de vistas sobre aspectos desconocidos que desafien creencias limitadores de los logros procurados por estos.
En otras palabras, los servicios de consultoría y mentoring deben irrumpir contra el estatus quo que a menudo disminuye la potencialidad creativa y altamente competitiva de muchos emprendimientos y decisiones, producto del mantenimiento de los procesos y políticas que eventualmente se hayan fuera del alcance del cuestionamiento racional que solo pueden ofrecer en cualquier iniciativa o decisión, la visión desde afuera y el establecimiento de una estrategia como política asumida hacia el riesgo.
Juan C. Delgado Medina