Hace un tiempo atrás, ante mi necesidad de emigrar, me pregunté: ¿Qué es la vida? entonces comencé por describirla como una montaña rusa, donde hay sus altos y bajos que regularmente se representan en días buenos y días malos; que yo identifico como días donde logramos lo que nos proponemos y días donde los desafíos superan nuestras posibilidades, en cuyo caso, el aprendizaje será lo que nos quede de ese reto por superar.
Ahora bien, ante mi constante curiosidad, pregunté a otros ¿Qué es la vida? Y muchos respondieron: “La vida es tener suerte”, “La vida es de colores”, “La vida es un problema»,“La vida es buscar siempre la mejor solución”, “La vida es planificar las situaciones», “La vida es conseguir oportunidades» …
Surgiendo así, diversas definiciones muy personales y válidas.
Sin embargo, seguí buscando una definición más ajustada a mis expectativas, hasta que encontré un propósito y fue entonces cuando me dije: La vida consiste en la búsqueda de un propósito, alineado con tus valores, esos que te impulsan a pararte todas las mañanas para cumplir lo mejor posible tus metas. De lo contrario, estaríamos dejando al azar, a la deriva la vida y con ella, tu día a día sería más incierto, impredecible, sin motivación para continuar el camino, saltando de un evento a otro sin completar ningún objetivo, sin rumbo.
La vida con propósito va desde realizarla desde tus valores personales, como tu forma de ser, de vestirte o de existir; pero entre tantos valores de referencia, siempre será necesario escoger aquellos que le den sentido a tu vida; como por ejemplo, ayudar a otros, perseverar, motivarte, tener autoestima, optimismo, gratitud, alegría, fe, autocontrol, sentido de justicia, honestidad, respeto, valentía, empatía, responsabilidad, entre otros.
Vivir con propósito, es tener un plan de acción acorde a tus metas, y que éstas te las plantees en base a tus posibilidades de logro, estableciendo así aquellos sueños a los cuales decides ponerles un día, un lugar, un para que y unas alas para conseguirlos, volando alto por ellos.
El plan de vuelo, a su vez, debe ser ajustado a la realidad de tus posibilidades, acorde a tus recursos internos y externos, para permitirte vencer de manera objetiva, los desafíos que se te presenten en el camino.
La idea de vivir con propósito, es tener lo más claro posible una planificación que te permita tener la ruta de tu éxito en forma clara, con el fin de enfocarte en los objetivos planteados, superando los desafíos diarios que estamos dispuestos a vencer, desde valores apropiados como la autodisciplina y la determinación.
Lo contrario, sería vivir la vida sin propósito, con solo sueños sin plan de acción, por ende, sin fecha y en consecuencia no pasarán de ser anhelos frustrados; propiciando la impotencia de sentir que no somos capaces o no merecemos lo que soñamos, haciendo de nuestra existencia, una vida sin sentido.
Te invito a encontrarle a tu vida un propósito, ese que te haga feliz, que te permita vivir con tus valores alineados a tus sueños, con la motivación necesaria para cumplir tu propósito, con un plan de acción que te permita hacerlos realidad con tus propios esfuerzos y recursos.